Álbum

John Carpenter, Cody Carpenter & Daniel Davies

FirestarterSacred Bones-Popstock!, 2022

24. 05. 2022

Entre las adaptaciones de Stephen King que pudieron ser y no fueron, una brilla con ardor especial. John Carpenter debió rodar “Ojos de fuego” en los 80 a partir de un guion encargado por él mismo a Bill Lancaster, su colaborador en “La cosa” (1982); pero, tras el misterioso fracaso de esta última, Universal cambió de idea y puso el proyecto en manos de Mark L. Lester, futuro director de “Commando” (1985).

No hay mal que por bien no venga, y Carpenter tuvo entonces tiempo para dirigir, sin gran convencimiento, pero magistralmente, otra adaptación de King: “Christine” (1983), mucho mejor película que “Ojos de fuego”, considerada “insípida” por el autor del referente literario, al que, por otro lado, ni siquiera gusta “El resplandor” (Stanley Kubrick, 1980).

Alrededor del filme de Lester existe, sea como sea, un indudable culto que ha encontrado reflejo en “Stranger Things” (The Duffer Brothers, 2016-), cuya heroína psicoquinética Once (Millie Bobby Brown) recuerda a la piroquinética Charlie (Drew Barrymore en la pantalla), o incluso una película autoral como “Midnight Special” (Jeff Nichols, 2016), aunque su director afirme no haberla visto entera. La popularidad de “Firestarter” (“Ojos de fuego”) acaba de propiciar un reboot cinematográfico de Blumhouse con Keith Thomas (“The Vigil”) como, esta vez, poco inspirado director.

Lo más interesante del proyecto es que con él se resarce a Carpenter, en cierto modo, de no haber podido hacer su versión. El Maestro del Terror se encarga de componer la banda sonora junto a sus compañeros en las últimas entregas de “Halloween” y su propia saga de discos “Lost Themes” (2015, 2016 y 2021), es decir, su hijo Cody Carpenter y su ahijado Daniel Davies, quienes de nuevo lo ayudan a trasladar su “horror synth” a una dimensión sónica actualizada.

En la anterior versión, el score de Tangerine Dream cobraba casi una entidad propia y justificaba por sí solo el pase por taquilla. Aquí se repite la historia: sales del cine sin una imagen que querer retener, pero con la melodía principal clavada en el cerebro, un relativo problema de difícil solución. Sobre todo cuando suena en “Charlie’s Rampage” o los créditos finales, impele a hacer cuernos como la melodía que acompaña a las escabechinas de Michael Myers.

Más “horror synth” de primera magnitud: “Lot 6 (Main Titles)” y sus buenos guitarrazos bien dispuestos; la medio industrial “Rainbird Fights Vicky”, que ilustra la lucha de la madre de Charlie con el asesino encarnado por George C. Scott en la anterior adaptación, o “Charlie’s Powers”, casi un (auto)homenaje al dance-punk de “The Bank Robbery”, de “1997. Rescate en Nueva York” (1981). Y por la parte íntima, que Carpenter la tiene, destacan gemas como “Mother’s Love” o “Are You Scared Of Me”, destinadas a ilustrar la difícil intimidad madre-hija. Cuando Charlie se queda sola (“Charlie Alone”), surge un aroma melodramático propio del Jack Nitzsche de “Starman. El hombre de las estrellas” (1984). ∎

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