Si eres una persona normal y sensata (es decir: si eres una persona que no vota a VOX), es muy probable que el pasado domingo de elecciones al Parlamento Europeo te ocurriera como a mí y tuvieras que buscar en Google algo del tipo “¿qué carajo es Se acabó la fiesta?”. Long story short: Se Acabó La Fiesta (SALF) es un partido político de ultraderecha que aspira a robarle votantes a VOX (y que, de hecho, ya le ha robado un buen número) y que está comandado por un tal Alvise Pérez, que resulta que es antiguo militante de Ciudadanos y UPyD que da un yuyu del copón si lo escuchas hablar en redes sobre burradas como crear la cárcel más grande del mundo a las afueras de Madrid en la que meter a Pedro Sánchez, al que obvio que le tiene una ojeriza que no te la acabas.
Sea como sea, para rizar el rizo de este despropósito, resulta que el jefe de prensa de SALF es ni más ni menos que Vito Quiles, un seudoperiodista conocido en redes por su afición a practicar el bulo por encima de sus posibilidades. Como si no hubiera un mañana. Total, a lo que vamos, que María José Moreno (titular del Juzgado de Instrucción número 18 de Sevilla) ordenó la averiguación del paradero de Vito Quiles para que preste declaración en una causa por injurias y calumnias al secretario general de FACUA. La orden venía motivada porque Moreno, tras diversos intentos, no había conseguido localizar al acusado ni por teléfono ni en ninguno de sus domicilios registrados.
Y aquí llega lo divertido: Vito Quiles fue inmortalizado mientras salía (literalmente) corriendo del Congreso de los Diputados tras enterarse de la orden de detención que pendía sobre su cabeza. Para la eternidad queda una foto que en redes ya se ha bautizado como “Vito Quiles, oro europeo en los 100 metros bulos”. Hay quien ha aprovechado para recordar que el seudoperiodista es un profesional versátil que tan pronto sale corriendo en medio de un pleno como se mete una buena siesta entre pecho y espalda en el Congreso.
Y, sobre todo, hay quien no ha dejado pasar la oportunidad de recordarle a Vito Quiles las sabias palabras de Vito Quiles que decían “La policía sólo protege al ciudadano de los delincuentes. Si a ti no te han protegido, imagina que eres 😉”.
Más creativos son los que han reimaginado la huida de Quiles como una rata de cloaca, como un delincuente atlético o como la mismísima Aramís Fuster. También se ha imaginado el momento de la posible detención. Una posible detención que podría no ocurrir si Vito se exilia en Bélgica y se encuentra allá con su archienemigo Puigdemont. Sin embargo, lo mejor de todo es reírse con la paradoja de que, realmente, a Vito Quiles se le acabó la fiesta.
Sí, ya sé que la Rockdelux ha puesto el foco sobre el fallecimiento de Françoise Hardy de diferentes formas, tal y como merece una artista como ella. Pero no puedo dejar de emocionarme observando cómo este tipo de pérdidas se viven en redes sociales. Porque es cierto que, cuando muere alguien como Hardy y ves que la gente le dedica un mísero story con un escueto texto, no puedes evitar gritarle mentalmente “ah, claro, ahora resulta que eras fan… ¿A quién quieres engañar?”. Pero, por extraño que parezca, y a diferencia de Instagram, Twitter se lo curra realmente en este tipo de ocasiones.
Y se lo curra actuando como lo que esta red social podría ser pero no es: una gozona hemeroteca en la que disfrutar de fotos desconocidas o de actuaciones conocidas pero que no te cansas de ver una y otra vez, como esta, o esta o esta otra. Una hemeroteca que te recuerda que Hardy inventó el grunge tres décadas antes de los noventa. Una hemeroteca en la que la gente recupera anécdotas encantadoras como los veraneos de Françoise en la casa de una familia anarquista en Asturias.
Y más todavía: una hemeroteca oficial en la que de repente Blur recuerda su colaboración con la artista o en la que RTVE tira de archivo para rescatar su paso por un programa titulado ‘Señoras y señores’ en 1974.
Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.