Joven expectación. Foto: Jordi Vidal
Joven expectación. Foto: Jordi Vidal

Concierto

Earl Sweatshirt, mucho con poco

Muy apreciado entre los especialistas del género, el rapero y productor de Chicago ha recalado en España estos últimos días para ofrecer dos conciertos –aquí la crónica del segundo en Barcelona el pasado lunes 23 de septiembre; el primero tuvo lugar en Madrid el domingo 22– que han dejado un inmejorable sabor de boca entre su fiel hinchada.

25. 09. 2024

Precedido por una pequeña pero significativa aura mitológica entre los amantes del hip hop que surgió de sus años al lado de Tyler, The Creator en el colectivo Odd Future, Earl Sweatshirt compareció por primera vez en sala en Barcelona con 30 años ya cumplidos y una larga carrera en su haber, que se inició cuando solo tenía 14. Sería fácil decir que poco queda ya de aquel chaval que empezó siendo un adolescente rodeado de gamberros cuatro o cinco años mayores que él y al que su madre tuvo que internar para que no se perdiera varios cursos de escolarización (de ahí el famoso lema “Free Earl” que inundó redes y foros en 2011); pero quizá tampoco haya cambiado tanto. El talento para juntar palabras y recitarlas siempre estuvo ahí. Y, visto lo visto en La (2) de Apolo la noche del lunes 23 de septiembre, ahí sigue, intacto. La primera sorpresa de la velada fue encontrar la sala prácticamente llena ya desde la apertura de puertas (la cola en la calle era considerable), especialmente teniendo en cuenta que en ese mismo momento había muchos otros conciertos gratuitos en la ciudad por la celebración de las fiestas de la Mercè. El ambiente estaba ya cargado cuando apareció su DJ en el escenario (que no telonero, como estaba anunciado). El caso es que no se trata de un DJ cualquiera, sino de Black Noi$e, también compañero de escenario habitual de M.I.A. y productor-colaborador de MIKE, Danny Brown, Pink Siifu o el propio Earl desde la época “Some Rap Songs” (2018). Su set de calentamiento fue excelente, encadenando medios tiempos y hits inmediatamente reconocidos por el personal (“Flashing Lights” de Kanye West, por ejemplo) con clase y sin necesidad de florituras ni de caer en la tentación de coger el micrófono.

Con mínimos elementos es suficiente. Foto: Jordi Vidal
Con mínimos elementos es suficiente. Foto: Jordi Vidal

El tono y la actitud se mantendría así, de hecho, ya hasta el final del show. A la media hora de set apareció Earl Sweatshirt en el escenario como si nada, tal cual, andando, sin aspavientos y sin soltar el clásico “make some noise Barcelona” ni nada por el estilo (se agradece). Camiseta blanca (no sudada), sin sus sempiternas rastas pero con moño y minipeine a lo Questlove? de The Roots, el californiano empezó a rapear con ese flow natural, grave y meditativo que lo caracteriza, sin pronunciar una palabra más alta que otra, soltando unas letras mucho más oscuras y siniestras de lo que muchos puedan imaginar; y todo ello fluyendo en perfecta armonía sobre las bases de funk que Black Noi$e iba soltando. Esa fue una de las constantes del concierto, que es también el concepto sonoro de su disco “VOIR DIRE” (2023): palabras y frases que dibujan una realidad aterradora (crack, muerte, locura) contrastadas por un dispositivo sonoro relajado y casi ensoñador, compuesto a base de samples de discos de funk y jazz pretéritos y sin apenas beats. El nombre de Madlib apareció enseguida en la conversación (también el de MF DOOM, por diferentes razones). Aunque en realidad esos tracks son obra de otro personaje fundamental del rap reciente, The Alchemist, productor de cuatro de los cortes de “SICK!” (2022), el anterior álbum de Earl, y de todos los de “Voir Dire”, quizá su mejor disco hasta la fecha, La larga sombra de Alchemist se dejó notar en la sala, aunque estuviera ausente.

El repertorio se centró en el último álbum, pero hubo rescates de otros largos muy celebrados: de “SICK!” (2022) sonaron al menos tres –“Fire In The Hole”, “Lobby”, “Tabula Rasa”, esta última con featuring del dúo Armand Hammer en el disco– y tambien escuchamos la mítica “Molasses” de “Doris”, que hizo a medias con RZA en el ya lejano 2013. Solo hubo un momento de pausa y de giro de guion a medio recorrido, cuando Earl se calló para que Black Noi$e pinchara una especie de himno yanqui no reconocido de inmediato por este cronista (aunque sí por muchos de los presentes, que no dudaron en encender las linternas de sus smartphones y moverlas de derecha a izquierda de forma espontánea) y que resultó ser “Beautiful Ride”, cantada por el actor John C. Reilly (!). Fue un momento bastante gracioso y perfectamente integrado en un show por lo demás sobrio y sencillo. A Sweatshirt se se le vio muy cómodo en el pequeño formato, quizá quemado del exceso de foco de sus primeros años y demostrando una vez más que, con pocos elementos bien puestos, hay suficiente para ofrecer un excelente concierto de rap honesto y directo al alma. ∎

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