Un largo y constante proceso de maduración. Foto: Òscar Giralt
Un largo y constante proceso de maduración. Foto: Òscar Giralt

Entrevista

Els Pets: velocidad de crucero

Iconos absolutos de la música catalana y participantes del histórico concierto del 14 de junio de 1991 en el Palau Sant Jordi de Barcelona junto a Sau, Sopa de Cabra y Sangtraït, Els Pets es el único grupo que ha sobrevivido dignamente al rock català. El trío formado por Lluís Gavaldà, Falin Cáceres y Joan Reig –“1963” es su decimotercer disco en más de 35 años de trayectoria– hace tiempo que se convirtió en grupo de consenso intergeneracional.

29. 06. 2022

Pongamos que un día entras a la web de Rockdelux –como haces como mínimo una vez al día, ¿verdad?– y te encuentras con que se han publicado nuevos discos de Antònia Font, Mishima y Els Pets. Que lees las críticas de los discos y resulta que los tres son álbumes muy notables. What year is this?, que diría el Agente Cooper en “Twin Peaks”. Podríamos situarnos perfectamente en 2004, 2007 o 2010, apogeo de esa suerte de época dorada del nuevo pop català. Pero resulta que estamos en 2022 y esta afirmación sigue plenamente vigente. “Un minut estroboscòpica”, “L’aigua clara” y “1963” (RGB, 2022) han coincidido en el tiempo, por pura casualidad, en cuestión de un par de meses. Y, seguramente no tanto por pura casualidad, vienen a demostrar que lo que se llamó pop (en) catalán como evolución del rock català de los 90 ha encontrado su sitio y, lo que es más importante, ha sabido –perdón por el tópico– madurar.

“Diuen que els anys et fan més savi… creu-me que s’equivoquen”, cantan Els Pets en “S’equivoquen”, una de las canciones de su 13º disco. Lluís Gavaldà (voz y guitarra), Falin Cáceres (bajo) y Joan Reig (batería) llevan haciendo música juntos desde el año en que yo nací, 1985. Curiosamente, es el año en que ellos nacieron el que da título a este nuevo álbum: 1963. Como si este autohomenaje no fuera suficiente motivo para encabezar un disco, explican que 1963 también fue el año en que se publicó “Please Please Me”, el primer álbum de The Beatles, marcando oficiosamente el inicio del pop como lo hemos conocido en las décadas posteriores. Lo de no tomarse demasiado en serio a sí mismos es una característica innata del grupo desde el momento en que decidieron llamarse Els Pets, pero es igual de cierto que, con el paso de los años, disco a disco, el trío de Constantí (Tarragona) ha ido reconduciendo su sonido, consiguiendo salir de las garras del rock català que abanderaron y mimetizándose en el contexto del pop más sofisticado que la generación posterior (Manel, Mishima, Antònia Font…) afianzó.

“Hay personas de 20 años que son antiguas. Y puedes tener 59 años, como nosotros, y estar al día. Hoy, el día de hoy, es tan mío como de un niño de 15 años, porque yo estoy en este mundo todavía. Por tanto la manera de entender el arte, la literatura o la música de un tío de 60 años no tiene por qué ser solo nostálgica”
Joan Reig

Por el camino, una carrera que se alarga durante más de 35 años y una discografía que, como la de los grupos históricos, ya se explica por épocas: la del destello inicial gamberro y desacomplejado entre “Els Pets” (Discmedi, 1989) y “Brut natural” (Discmedi, 1994); la trilogía que les enfocó hacia el pop con “Bon dia” (Discmedi, 1997) –quizá el disco más importante de todo el rock català– más los excelentes “Sol” (Discmedi, 1999) y “Respira” (Discmedi, 2001); “Agost” (Discmedi, 2004) y “Com anar al cel i tornar” (Discmedi, 2007) en una categoría propia donde Els Pets se proyectaron al futuro abrazando lo que después ellos mismos llamarían “pop de autor”; y la que podríamos considerar su velocidad de crucero, mucho mejor que cualquier segunda o tercera juventud, donde ya se permiten espaciar sus discos en el tiempo, puliendo su discurso sonoro cada vez más y conectando con las nuevas generaciones al tiempo que mantienen las que han crecido con ellos: “Fràgil” (Discmedi, 2010), “L’àrea petita” (RGB, 2013) y “Som” (RGB, 2018), celebrado este último como un nuevo hito de su trayectoria y el primer disco realizado bajo la batuta de Joan Pons (El Petit de Cal Eril) a la producción. Con “1963” –segunda aventura compartida con Pons a la que también se ha sumado Jordi Matas, otro productor imprescindible del nuevo pop catalán– entregan el álbum más conciso e íntimo de su carrera, grabado en analógico, con toda la banda en el estudio y con la apuesta más decidida por el pop refinado y aparentemente anticlimático. Hablamos con Lluís, Falin y Joan en Barcelona.

Joan, Lluís y Falin, satisfechos por lo conseguido. Foto: Òscar Giralt
Joan, Lluís y Falin, satisfechos por lo conseguido. Foto: Òscar Giralt

“1963” demuestra que seguís siendo un grupo relevante, por eso me sorprende que no lo publiquéis en las plataformas de streaming hasta pasadas varias semanas. ¿No creéis que hace que el disco pierda parte de su impacto inicial, especialmente de cara a las nuevas generaciones de público?

Lluís: Somos conscientes de que esta decisión va en detrimento del impacto de la novedad. Pero hay otros muchos elementos que para nosotros son más importantes. En primer lugar, se trata de dar un trato preferente a la gente que todavía hace el esfuerzo de utilizar el soporte físico; por otra parte, también creemos que es una manera de dignificar nuestro trabajo y de protestar, aunque sea de forma simbólica, contra este tipo de abdicación que ha hecho el colectivo musical de regalar su trabajo cuando no hay ningún otro contingente cultural que lo haga.

Falin: También es una muestra de respeto a la gente que trabaja con nosotros como Gerard Joan, que ha hecho todo el grafismo del disco.

Lluís: Es un discurso muy boomer, lo asumimos. Pero nosotros somos boomers. Hemos hecho un disco llamado “1963”. Somos de una época en la que una obra discográfica era mucho más que unas notas y unos acordes.

Hay un punto contradictorio o dual en todo el concepto: el álbum se llama “1963” en una especie de autohomenaje, pero suena muy fresco y nada autocomplaciente. Es un disco nostálgico pero intenta ser optimista. Y de sonoridad calmada y tranquila pero a la vez breve y con muchas melodías, muy directo. ¿Creéis que esto representa la esencia del grupo ahora mismo?

Lluís: Es jugar con esa línea fina de no traicionar tus orígenes, pero al mismo tiempo no transformarte en una reliquia del pasado. Por eso buscamos trabajar con productores actuales y gente que nos ayude a modernizar el sonido.

Joan: Boomer no significa ser antiguo. Hay personas de 20 años que son antiguas. Y puedes tener 59 años, como nosotros, y estar al día. Hoy, el día de hoy, es tan mío como de un niño de 15 años, porque yo estoy en este mundo todavía. Por tanto la manera de entender el arte, la literatura o la música de un tío de 60 años no tiene por qué ser solo nostálgica.

Lluís: Todavía tenemos curiosidad por la música que se hace y por las nuevas tendencias. Que no significa que nos gusten todas, pero no estamos anclados en los músicos que escuchábamos hace 25 años, aunque todavía lo hacemos. Y esto supongo que lo intentamos reflejar en nuestra música. Me da la impresión de que si Els Pets todavía somos vigentes es por esta inquietud de intentar renovarnos musicalmente.

Falin: Ves la portada que tiene un punto mod, con el título “1963”, pero el sonido es actual… de eso se trata. Si no, estaríamos completamente anclados en el pasado.

“Todavía tenemos curiosidad por la música que se hace y por las nuevas tendencias. Que no significa que nos gusten todas, pero no estamos anclados en los músicos que escuchábamos hace 25 años, aunque todavía lo hacemos. Y esto supongo que lo intentamos reflejar en nuestra música. Me da la impresión de que si Els Pets todavía somos vigentes es por esta inquietud de intentar renovarnos musicalmente”
Luís Gavaldà

O como muchos grupos que, cuando alcanzan un estatus, simplemente se limitan a replicar su fórmula.

Lluís: Que son los mismos que cuando sacan nuevo trabajo y giran, tocan dos canciones del último disco porque en realidad la gente lo que quiere escuchar es lo que hacían hace 20 años. Y este es el reto de un grupo que tiene una trayectoria larga. Nosotros salimos y hacemos el disco nuevo entero… y la gente no se va.

Joan: Hay gente que después de su década de gloria entra en el mercado de la nostalgia, y se puede tirar ahí el triple de tiempo. Es legítimo, pero nosotros hemos escogido otro camino.

¿Cuál sería vuestra década de gloria como grupo?

Lluís: Yo creo que nuestra década de gloria es el momento en el que la crítica especializada, que no era seguidora del rock català, comienza a respetarnos. Esto sería de 1999 a 2005, desde el disco “Sol” a “Agost”. Creo que es el momento en el que damos un salto y conseguimos ser respetados fuera del circuito del rock català.

En cuanto a sonido, me ha sorprendido mucho porque me parece vuestro disco más conciso y coherente estilísticamente.

Lluís: Tienes razón en que la coherencia nunca había sido un factor determinante en nuestros discos. Y con este álbum, en broma, decíamos que es uno de los trabajos donde más nos ha costado diferenciar las canciones unas de otras. Joan Reig aún no las tiene claras todas (ríe). Y eso creo que tiene que ver con que hay una coherencia melódica y rítmica de la que tiene mucha culpa Joan Pons, el productor. Cuando tuvimos que descartar canciones para escoger las doce del disco, en vez de elegir las más distintas hicimos lo contrario, buscando la coherencia melódica e incluso de letras de las canciones.

Ya es la segunda vez que trabajáis con Joan Pons, así que supongo que el proceso con él ha sido más fluido. ¿Visteis clara desde el principio esta apuesta por el sonido tan crudo?

Lluís: Veníamos del disco anterior, “Som”, donde ya existía esta tendencia de desnudar las canciones. Aquí quizá hemos ido un poco más allá, pero, por otra parte, si coges a Joan Pons ya sabes hacia dónde te llevará y tampoco se trata de pelearte. Somos muy obedientes, aunque no lo parezca.

Joan: A veces puedes arrugar la frente, pero poco a poco te va convenciendo al ver la forma en la que trabaja. Como batería, yo jamás llegaría a las conclusiones a las que llega él. Pero está bien dejarse llevar.

Falin: A medida que se van añadiendo cosas en el disco te vas dando cuenta de la visión global que tiene de la canción. Él lo tiene todo en la cabeza.

Lluís: También hay un cierto componente de castigarte el ego en el hecho de ir a buscar a un productor que tiene 20 años menos que tú. Pero va muy bien que venga un tío más joven y te remueva y te quite los tics de años y años de hacer discos. También me gustaría remarcar la presencia de Jordi Matas, que en “Som” no estaba y es un factor diferenciador de este disco. En principio solo tenía que participar en las mezclas, pero al final ha terminado aportando guitarras acústicas y se ha implicado mucho. Yo noto mucho su huella en el disco.

Espectadores de su propia obra. Foto: Òscar Giralt
Espectadores de su propia obra. Foto: Òscar Giralt

Diuen que els anys et fan més savi… creu-me que s’equivoquen”. ¡Vuestra carrera demuestra justo lo contrario!

Lluís: No, xiquet, no… créeme que, con los años, te equivocas igual. La parte artística de una persona siempre es la parte bonita. Cuando tú te presentas en un escenario o en un disco, enseñas lo mejor de ti. Pero después está la persona y ahí es donde te equivocas, en las cosas de cada día, con los hechos cotidianos… aquí es donde la cagas. Por lo general, crees que con la edad te vuelves más sabio. Y en ciertos aspectos sí que aprendes… pero tampoco tanto.

Buscando información para la entrevista encontré un tuit de una chica joven que hace un par de años preguntaba: cómo escuchar blue tack de els pets sin llorar por las rupturas y mudanzas que todavía no has vivido yahoo respuestas. ¿Os planteáis cómo recibirán estas nuevas generaciones vuestras canciones?

Joan: Yo creo que esto ha pasado siempre, ¿no? Hay gente que ha crecido con nosotros, pero también hay gente mucho más joven que se identifica con las canciones.

Lluís: Había una chica que puso un post en Facebook que decía:Siempre hay una canción de Els Pets que explica el momento vital en el que estás”. ¿Qué guay, no? Engordé tres kilos.

Falin: Porque al final quien hace las letras es una persona a la que le pasa lo mismo que al de al lado. Siempre estaremos hablando de las mismas cosas.

Por coincidencia, en este 2022 han salido nuevos discos de Mishima, Antònia Font, el vuestro… y todos están muy bien, demostrando que hay una especie de madurez del pop catalán. ¿Cómo lo veis vosotros?

Lluís: La salud de la música popular catalana es la envidia de otros aspectos culturales del país. Sobre todo a nivel de normalización. Si lo piensas, la oferta de la música en catalán, teniendo en cuenta los consumidores que hay, es extraordinaria. Cuando salimos nosotros esto no existía. Y ahora, de cualquier estilo musical, encuentras grupos en catalán.

Joan: Esto creo que es mérito de nuestra generación. La semilla la pone a principios de los 60 y 70 la gente de la nova cançó, pero después fue la generación del rock català la que logró crear una industria.

Lluís: Y sobre todo hay muchos niños que empezaron un grupo porque en su pueblo actuaron Sopa de Cabra o Sangtraït… Al igual que nosotros vimos a Tony Ronald y dijimos: “Hostia, ¡queremos hacer esto!”.

“Al final quien hace las letras es una persona a la que le pasa lo mismo que al de al lado. Siempre estaremos hablando de las mismas cosas”
Falín Cáceres

Cada disco vuestro ha sido una pequeña evolución, pero para mí “Agost” supuso el punto de inflexión de vuestra carrera. ¿Para vosotros fue así también?

Lluís: Sí, es por el encuentro con Brad Jones. Con Marc Grau, el productor de los discos anteriores hasta “Sol”, teníamos una complicidad que no la hemos tenido con nadie más, pero él era el arquitecto del sonido del rock català. Y esto nos hacía formar parte de un pack sonoro muy determinado. Con Brad rompimos un poco con esto y nos abrió a otras sonoridades. Así como “Respira” fue una primera toma de contacto donde todavía había un híbrido entre el equipo de Marc y el equipo de Brad, “Agost” fue el primer disco donde Brad se hizo cargo de toda la producción. Por otra parte, creo que es el álbum en el que estábamos más inspirados a la hora de hacer canciones. Para mí, es el mejor disco de Els Pets.

No sé cuántas canciones habréis escrito en vuestra carrera, pero son muchísimas. ¿Os habéis encontrado cayendo en el autoplagio?

Lluís: Lo intentas evitar pero te ocurre. Y llegas a un punto en el que tienes que dejar de obsesionarte. Ha habido canciones que, una vez terminadas, nos hemos dado cuenta de que se parecen a algún otro tema nuestro. Pero, mira, si nadie lo nota… y no lo notan, tú.

Joan: Todos los artistas tienen tics melódicos propios.

Falin: Van Morrison ahora ha sacado nuevo disco, pero si tú coges el último y lo comparas con el del año pasado… no hay manera de saber cuál es anterior a cuál.

Decís del disco que es un “catálogo de despedidas, cambiar de piel y empezar una experiencia nueva”. ¿Cuál es este próximo paso para Els Pets?

Lluís: Uy…

Joan: De momento, tocar en Reus el próximo viernes. (En el momento de hacer la entrevista).

Lluís: Una lección que hemos aprendido en la vida es que no somos más sabios, pero con los años te das cuenta de que hacer planes a largo plazo es bastante inútil. Porque la vida te da unas hostias… Vive el presente porque mañana no sabes qué te traerá. ∎

No quiero que te guste esta canción

LLUÍS GAVALDÀ
“Sona la cançó”
(Rosa dels Vents, 2022)

Entre los temas recurrentes de las letras de Lluís Gavaldà y Els Pets está, evidentemente, la música. Las canciones como parte indiscutible de nuestros recuerdos y acompañamiento imprescindible del relato de nuestros momentos vitales. Desde aquel “Ma mare sent Roberto Carlos tot fent el llit” de “S’ha acabat” (en este caso, una letra de Joan Reig) a “Viatge a Ítaca i King Crimson al plat” de “La colla”, pasando por el “dos o tres notes d’aquella cançó que ho tornen tot tan fàcil” de “Fàcil”. También las canciones como territorio personal, como describe Gavaldà en “No vull que t’agradi aquesta cançó”: “tria’n qualsevol altra, que aquesta em fa falta”. O esa relación de amor-odio con una canción que te encantaba pero de repente aparece en un anuncio, como relata en “Soroll”, el corte de apertura de “Agost”.

Precisamente de su frase “Sona la cançó que més m’estimo d’aquest món” surge el título “Sona la cançó”, libro publicado este año por Lluís Gavaldà. En él, a través de 60 canciones, el músico relata todo tipo de fragmentos de su vida remitiendo a composiciones que le marcaron o le hubiera encantado escribir (de ahí que no haya incluido ninguna suya). Transitando por los clásicos anglosajones (The Beatles, David Bowie, Bob Dylan, una Joni Mitchell de quien dice que es la mejor compositora pop de todos los tiempos), pero también por los referentes catalanes (de Serrat a Los Sírex, Sisa o sus coetáneos U-tòpics) y por artistas contemporáneos (Death Cab For Cutie, The National o una “Nobody” de Mitski reservada para el momento más emotivo del libro), Gavaldà recorre su vida hablando apasionadamente sobre música con la misma pluma àgil, cercana y sensible con la que escribe sus canciones. ∎

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