Estamos acostumbrados a escuchar sus canciones canónicas (“Soul Man”, “Hold On! I’m Coming”, “When Something Is Wrong With My Baby”) como música de fondo en bandas sonoras de películas, radiofórmulas, ascensores o supermercados, así que quizá nos cuesta reparar hoy en la magia de un repertorio que en su momento se vivió como el paradigma del soul, una gloriosa declaración de principios de dos vocalistas desgarradores, la clase de artistas que intimidaban en escena incluso a los gigantes del género: se dice que Otis Redding temía actuar en el mismo escenario que Sam & Dave, consciente de la dificultad de igualar su formidable poderío en directo, directamente heredado de las congregaciones baptistas y del circuito de los clubes de rhythm’n’blues del Cinturón Bíblico, donde ambos habían crecido.
Sam Moore nació en Miami el 12 de octubre de 1935. A mediados de los años cincuenta se integró en una de las muchas bandas locales de doo-wop, The Majestics, y con ellos grabó un single que pasó desapercibido, así que regresó al circuito del góspel, donde se había formado, como integrante de The Melionaires, y a punto estuvo de sustituir a Sam Cooke cuando este decidió abandonar a los Soul Stirrers para pasarse con los trastos al pop. Pero entonces sintió una epifanía al asistir a una actuación del gran Jackie Wilson: “Dios mío, era un cantante prodigioso, un volcán en escena. Pensé que eso era lo que yo quería hacer y me largué a buscarme la vida por los garitos nocturnos de Florida”.
En uno de esos locales, el King Of Hearts de Miami, Sam se topó en 1961 con Dave Prater (1937-1988), un vocalista de Georgia dos años más joven que él que interpretaba en directo un tema de Jackie Wilson. Moore se subió al escenario con él y la audiencia entró en ebullición como por ensalmo. El propietario del local los contrató y se convirtió en su mánager, haciéndolos grabar en distintas compañías (Alston, Roulette), con Prater en la voz solista. Las cosas no funcionaron hasta que se toparon en Miami con Jerry Wexler, que se los llevó a Atlantic Records.
Wexler los envió a Stax, cuyo catálogo entonces distribuía Atlantic en todo el mundo, pero allí al principio nadie pareció interesarse por ellos, hasta que Isaac Hayes y David Porter empezaron a surtirlos de cañonazos sureños, que Sam Moore no entendía muy bien: “A mí me gustaban las baladas y ellos nos daban rock’n’roll fuerte y directo, con unos arreglos de viento para acompañar nuestras voces y unos cambios de ritmo que me resultaban incomprensibles”. Pero el experimento funcionó, sobre todo después del gran éxito de “Hold On! I’m Comin’” (1966) y de la extraordinaria “Soul Man” (1967), auténtico himno generacional y racial para la población negra estadounidense de la época. Aún habría tiempo para dos bombazos más: “I Thank You” (1968) y “Soul Sister, Brown Sugar” (1969), este último publicado ya en Atlantic Records, ya que en la primavera de 1968 expiró el contrato que unía a la etiqueta neoyorquina (y, por tanto, a Sam & Dave) con Stax.
El 5 de marzo de 1988, Prater fue condenado a tres años de libertad condicional por intentar vender una partida de crack a un agente camuflado. Murió el 9 de abril de ese mismo año, al estrellarse con su coche contra un árbol en Syracuse, Georgia. Un mes después, Sam Moore formó pareja con el actor Dan Aykroid –que había cantado “Soul Man” con John Belushi en el film “The Blues Brothers. Granujas a todo ritmo” (John Landis, 1980)– en el concierto conmemorativo del cuadragésimo aniversario de Atlantic Records, celebrado en el Madison Square Garden.
Incorporado al circuito de las viejas glorias del soul, Sam grabó un espléndido dueto (“Rainy Night In Georgia”) con el vocalista de country Conway Twitty para el álbum colectivo “Rhythm Country & Blues” (1994). En 2006, Rhino publicó su primer (y único, salvo dos colecciones navideñas) disco en solitario, “Overnight Sensational”, con una bonita versión del clásico “You’re So Beautiful”, secundado por Billy Preston y Eric Clapton. Al final de su vida se negó a apoyar la campaña de Barack Obama y años después fue uno de los músicos que apareció junto a Donald Trump para mostrarle sus simpatías. En 2022 cantó con Bruce Springsteen en el álbum de homenaje al soul del Boss.
Sam Moore, leyenda del soul, murió en un hospital de Florida el 10 de enero de 2025, tras someterse a una intervención quirúrgica de la que no se conocen más detalles. Tenía 89 años. ∎
Impresionante debut de Sam & Dave en Stax de la mano de otra mítica pareja de ases, los compositores y productores Isaac Hayes y David Porter, con algunas aportaciones de Eddie Floyd, Steve Cropper y Al Bell. Portada horrorosa y doce cortes memorables, especialmente “You Don’t Know Like I Know” (su segundo single), “I Got Everything I Need” (de Cropper, Floyd y Bell) y “Don’t Make It So Hard On Me” (de Floyd y Parker), dos baladas tórridas con la guitarra funky de Steve Cropper y el órgano eclesial de Booker T. Jones levantando ampollas de puro fuego. Para redondear el sobresaliente, el clásico “Hold On, I’m Comin’”, que devolvió a la escudería Stax a la zona alta de las listas de pop, que no visitaban desde el “I’ve Been Loving You Too Long” de Otis Redding.
Tercer álbum del dúo dinámico en la compañía de McLemore Avenue, el que confirmó el reinado de Sam & Dave en el universo del soul sureño. Solo tres canciones del tándem Hayes-Porter (“Soul Man”, “May I Baby” y “Don’t Knock It”), la primera de ellas una gema incandescente, con esa garganta a punto de quebrarse en el estribillo (“I’m a souuuuuuuuuul man”) por el famoso riff de guitarra inventado por Steve Cropper, que hizo historia en los mentideros del soul de Memphis: al parecer, Isaac Hayes le había pedido que le pusiera un toque a lo Elmore James y Cropper utilizó su mechero para lograr el efecto hipnótico de slide guitar. Por lo demás, excelente repertorio de clásicos subterráneos, desde “Hold It Baby”, de Bonnie Rice, hasta “I’ve Seen What Loneliness Can Do”, una conmovedora balada de Homer Banks.
Sam Moore reapareció en solitario siguiendo la estela de otras viejas glorias del soul, con un álbum de duetos casi irreprochable, donde abundan amigos y admiradores de postín (Bruce Springsteen, Sting, Eric Clapton, Jon Bon Jovi, Zucchero, Billy Preston y Van Hunt, entre otros) y donde brilla un repertorio de corte clásico, a veces demasiado pulido y previsible para los cánones del soul sureño. Se echan de menos las viejas canciones de Isaac Hayes y David Porter, pero Moore se excusaba cuando alguien se lo decía: “Antes vivíamos muy cerca, en Stax éramos como una gran familia. Ahora, Isaac vive en Nashville y yo tengo mi casa en Arizona, así que nos vemos muy poco. Tampoco hablo mucho con David, pero los tres seguimos siendo buenos amigos”. No importa: la garganta febril de Moore compensa la falta de riesgo disparando emociones epidérmicas en cada estrofa. ∎
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