Los responsables del desc. –un recién nacido festival de las industrias culturales y las artes en la Región de Murcia, llamado así intencionadamente por su pretensión de mostrar lo desconocido– se quedaron prendados ante la fuerza escénica que la cantante mostró a su paso por el Sónar en 2022.
“Fue realmente especial volver con mi nuevo proyecto, porque el festival de música avanzada en Barcelona supuso mi primer gran concierto internacional”, explica
Pongo. Una sensación que se viene repitiendo desde que la exvocalista de Buraka Som Sistema se lanzase a defender su proyecto en solitario. Quienes estuvimos viéndola actuar en una de sus primeros conciertos en nuestro país, bien enmarcado en la inauguración del festival La Mar de Músicas dedicado a Portugal en 2019, sabemos que con su EP de debut –“Baia” (Jardin Rouge, 2018)– contribuyó a un memorable día junto a la legendaria brasileña Elza Soares y la caboverdiana Mayra Andrade.
Aquellas primeras canciones en solitario estaban firmadas como PongoLove, el mismo seudónimo que utilizó para coescribir “Kalemba (Wegue wegue)”, el mayor éxito de los Buraka, el colectivo que la dio a conocer y que poco después, sin aparente justificación, prescindió de ella. Un apodo que, por lo leído, tiene un origen dramático. Aunque tras verla brincar en escena no parezca seguir sufriendo las consecuencias de aquello, a corta distancia sí se intuye la secuela.
“Al terminar de actuar es cuando me resiento, pero mientras estoy en el escenario simplemente vuelo sin límite”, explica. El poder de la mente unido al bálsamo de la música parece aliviar a quien porta un nombre artístico fruto de un amor-temor.
“Proviene del apodo que me puso mi padre cuando me rompí la pierna derecha. Él era un gran fan de M’Pongo Love, una de las famosas cantantes en la República Democrática del Congo, y pese a que ella sufría una minusvalía en las extremidades inferiores, mostraba un conjunto de habilidades prueba de su autosuperación”.