Siempre se recuerda a Mark Cunningham por Mars, uno de los grupos que Brian Eno escogió para la mítica recopilación “No New York” (1978) –los otros fueron Teenage Jesus And The Jerks, The Contortions y D.N.A.–, el álbum que, no sin cierta polémica, pretendía dejar constancia de la onda expansiva de los experimentos musicales que se cocían en el downtown neoyorquino.
Pero, por supuesto, no solo de Mars se ha nutrido la carrera del trompetista norteamericano, instalado en la provincia de Barcelona desde 1991: rastreen –vale la pena– en los trabajos de proyectos como Don King, Raeo, Convolution, Bèstia Ferida y, claro, Blood Quartet, su proyecto más estable en los últimos años (chequeen “Root 7”, su largo del año pasado).
Pero el chorreo de música de Mr. Cunningham no para (nunca lo ha hecho), como se puede comprobar en varias ediciones recientes: “Ad Hoc” (2023), casete compartida con Andreu Serra (Ubaldo) y Pablo Volt (STA, Barba Corsini…), además de otra casete, un split EP con Thymme Jones (Cheer-Accident, You Fantastic!...); pueden escucharse aquí y aquí.
Pero hay más (siempre hay más en el océano de sonido de Cunningham): la recuperación de “Odd Songs” (2020), lo primero que publicó a su nombre desde “Blood River Dusk” (1997), originalmente una casete de solo 40 copias que reunía grabaciones efectuadas entre 2012 y 2019 (además de un corte en directo de Bèstia Ferida cazado en Lausana): majestuosos mapas de sonido con la trompeta caracoleando entre delays y sumideros electrónicos. Son los mismos objetivos que persigue, aunque con menos tinte oscuro (solo hay que escuchar “Ask The Dusk” y “2020”, sus rasgueos de guitarra y sus soplidos de temblorosa armonía), el reciente “Blue Mystery”. Registrado en plena crisis pandémica, el disco es el más íntimo y asequible de todo lo publicado por Cunningham, un cúmulo de paletas sonoras que invocan (sin imitar) a Chet Baker y Miles Davis (inevitable que los nombres de estos dos titanes salgan a relucir), samplea a Arvo Pärt (cuerdas) y Tony Oxley (percusión) o hurga en los irrenunciables postulados de la no wave menos agresiva.
Disponibles por separado y conjuntamente en digital, la edición física en CD, a cargo del sello de Bolonia Improved Sequence, también incluye los dos trabajos: una hora larga del mejor Mark Cunningham, dueño y señor de un planeta que orbita libre entre el jazz inclasificable y los circunloquios ambient, en plena y floreciente expansión. ∎
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